IA, lo que sí puede puede hacer por ti en el desarrollo de software.

La inteligencia artificial (IA) se ha vuelto un aliado cada vez más presente en el desarrollo de software. Muchos ingenieros se preguntan qué puede hacer realmente la IA por nosotros y cómo aprovecharla sin perder de vista sus riesgos. A continuación, exploramos cinco áreas clave en las que la IA está ayudando a los desarrolladores – y reflexionamos sobre sus beneficios reales, así como las precauciones que debemos tener en cuenta en cada caso.

Carlos Osvaldo Chao Cortes

Para Artículo de la IA CHAO 1

Completamiento de código (autocompletado inteligente)

Una de las aplicaciones más populares de la IA es el autocompletado de código. Herramientas como GitHub Copilot, Amazon CodeWhisperer o Tabnine se integran en los editores para sugerir líneas de código o incluso funciones enteras a partir del contexto. Esto puede acelerar enormemente la escritura de software: por ejemplo, motores de IA entrenados con millones de líneas de código pueden predecir la siguiente línea o bloque que necesitas, reduciendo el trabajo rutinario. Según IBM, esta capacidad “acelera la codificación, reduce errores humanos y permite a los desarrolladores enfocarse en tareas más complejas y creativas en lugar de código repetitivo” (1). En la práctica, la IA sobresale rellenando boilerplate (código plantilla) y recordando sintaxis complejas, liberando tiempo del programador para labores de mayor nivel creativo (2). El resultado es que proyectos completos pueden avanzar más rápido y con menos frustración por detalles de sintaxis.

Ahora bien, el completamiento de código no significa que la IA programe por ti. Es el desarrollador quien debe entender y supervisar cada sugerencia. Un beneficio colateral de estas herramientas es que pueden actuar como una especie de par programador: por ejemplo, Copilot está integrado con un modo chatbot que permite preguntar por qué una sugerencia funciona o solicitar explicaciones del fragmento generado (3). Esto ayuda a aprender sobre la marcha nuevas APIs o patrones, haciendo del autocompletado no solo un atajo de velocidad sino también una oportunidad formativa. En cualquier caso, sigue siendo esencial leer y probar el código sugerido antes de adoptarlo.

Generación incremental de código (desarrollo por pasos)

Más allá de autocompletar líneas individuales, la IA puede colaborar en la generación incremental de una funcionalidad o proyecto. Esto implica construir soluciones paso a paso en interacción constante con la herramienta de IA, casi como en un diálogo. Por ejemplo, podemos empezar pidiendo a ChatGPT que cree la estructura básica de una función o componente, luego iterar: revisar ese resultado, ajustar requerimientos en base a lo obtenido, y solicitar a la IA mejoras o módulos adicionales. Este ciclo se repite, refinando incrementalmente el software.

La ventaja de este enfoque es que el desarrollador mantiene el control en cada iteración y puede redirigir la solución si toma un camino incorrecto. En cierto modo, es parecido a trabajar con un colega junior muy rápido: la IA propone un borrador y el programador lo evalúa, corrige y orienta el siguiente paso. Las interfaces conversacionales de código (como Copilot Chat o chatbots especializados) potencian este flujo al permitir discutir con la IA sobre el diseño y siguientes pasos. De hecho, se ha observado que si bien una IA por sí sola “no es buena dando soluciones completas ni entendiendo toda la lógica de negocio, su modo chatbot añade capacidad para ayudar a diseñar la solución y entender impactos en el usuario final” (3). Es decir, la IA puede asistirnos con ideas parciales y consideraciones, aunque no reemplaza el criterio del arquitecto o desarrollador sénior a la hora de tomar decisiones de alto nivel.

Usar la generación de código incrementalmente también nos recuerda que la IA no hace magia de un solo paso. Es tentador intentar que genere un módulo complejo entero con una sola instrucción, pero generalmente produce mejores resultados guiarla en pequeños incrementos. Cada paso da oportunidad de verificar que la dirección es correcta. El desarrollador debe seguir aplicando principios de diseño y buenas prácticas: la IA sirve de apoyo para implementarlas más rápido, no para saltárselas.

Generación de pruebas (tests automáticos)

Otra área de gran valor es la generación automática de casos de prueba. Las mismas herramientas que escriben código pueden sugerir unit tests, pruebas de integración o casos de borde una vez que ven nuestra función o descripción de requisitos. Esto es un ahorro de tiempo notable en la fase de testing, tradicionalmente una tarea que muchos postergan. Con IA, es factible obtener un esqueleto de pruebas unitarias casi al mismo tiempo que se escribe la funcionalidad, facilitando la adopción de metodologías como TDD (Desarrollo guiado por pruebas) (2). Por ejemplo, Copilot puede proponer casos básicos dado el código fuente, eliminando el “bloqueo” inicial al escribir tests y animándonos a empezar por ellos.

Los beneficios van más allá de la velocidad. La IA puede ayudar a mejorar la calidad del software generando casos que al desarrollador no se le habrían ocurrido fácilmente. En palabras de un estudio, el proponer pruebas que el propio autor del código no había contemplado de forma directa, mejora la calidad del producto y brinda nuevas perspectivas sobre qué significa asegurar la calidad (4). Asimismo, herramientas de IA pueden usar descripciones de historias de usuario para derivar casos de prueba relevantes: IBM destaca que un sistema generativo bien entrenado puede cubrir más escenarios de los que abarcaría una prueba manual tradicional (5), incluyendo esquinas y combinaciones que podrían pasar inadvertidas.

Por supuesto, la responsabilidad de la verificación sigue en manos del equipo de desarrollo. Si bien la IA genera las pruebas, es el desarrollador quien debe comprobar que esas pruebas realmente validan el comportamiento esperado (y no solo confirman un comportamiento erróneo). También es importante revisar la corrección de los datos de prueba y las suposiciones hechas por la IA. Aun así, contar con una base de pruebas generada en segundos sirve como un fantástico punto de partida que podemos ampliar y corregir, en lugar de partir de cero.

Documentación asistida por IA

La documentación del código y de los sistemas es frecuentemente descuidada por falta de tiempo o motivación. Aquí la IA también está cambiando las reglas del juego con la documentación automatizada. Mediante modelos de lenguaje entrenados en enormes bases de datos de código y documentación, es posible generar descripciones de funciones, módulos o APIs en lenguaje natural. Por ejemplo, hay asistentes que dado un segmento de código producen su comentario Javadoc o docstring explicativo. Incluso plataformas integrales pueden traducir automáticamente nuestro código a documentación parausuarios o desarrolladores. Estos enfoques convierten el código en explicaciones legibles, ayudando a mantener la información del proyecto al día (6).

Los beneficios son claros: se reduce la carga de redactar manualmente documentación tediosa y se minimiza el riesgo de desfase entre el código y la documentación. La IA puede actualizar comentarios o secciones de un manual cada vez que detecta un cambio relevante en el código, evitando la temida “documentación obsoleta”. También tiende a imponer una consistencia de estilo en la documentación generada, porque aprende patrones estándar de comunicación técnica (7) (8). Esto significa que todos los módulos documentados tendrán un formato similar, términos unificados y un nivel de detalle coherente, facilitando su lectura por cualquier miembro del equipo.

Cabe mencionar que la IA puede incluso traducir documentación a múltiples idiomas de forma automática (9). Esto es útil si trabajamos en proyectos open-source o productos globales donde se desea ofrecer documentación en español, inglés, etc., sin contratar múltiples traductores. Un modelo entrenado puede tomar el documento original y producir versiones localizadas manteniendo el contexto técnico preciso.

Como precaución, la documentación generada automáticamente debe ser revisada al menos la primera vez. La IA puede generar frases gramaticalmente correctas pero debemos verificar que técnicamente reflejen la realidad del código. En sistemas muy complejos, es posible que omita matices o considere supuestos incorrectos. Por eso, lo ideal es usarla para borradores iniciales: que la IA haga el primer 80% del trabajo y luego un humano afine los detalles y corrobore exactitud. Así combinamos velocidad con veracidad.

MVPs y prototipos rápidos.

Una de las promesas más emocionantes de la IA para emprendedores y equipos ágiles es la capacidad de crear prototipos o MVPs (Productos Mínimos Viables) de forma mucho más rápida. Generative AI puede traducir una idea o descripción de alto nivel en piezas de software funcionales en cuestión de minutos u horas, algo que antes tomaba días o semanas de codificación manual. Por ejemplo, existen asistentes capaces de generar toda la estructura front-end de una aplicación web básica a partir de unas pocas indicaciones de diseño, o de armar un modelo de base de datos y algunas API CRUD con solo describir las entidades principales. De esta forma, la IA puede crear rápidamente prototipos o MVPs para probar ideas y permitir a startups iterar en base al feedback (10).

Este uso de la IA acelera la etapa inicial de desarrollo: en lugar de invertir semanas en tener una primera versión funcional para validar con usuarios, un pequeño equipo puede apoyarse en herramientas AI y obtener algo “que funciona” en tiempo récord. Un caso típico es generar un esqueleto de aplicación – por ejemplo, con navegación, pantallas básicas y conexión a una base de datos – y luego los desarrolladores completan los detalles específicos. Así, se valida la viabilidad técnica y la idea de producto más rápido y a menor coste.

Sin embargo, es crucial entender que un MVP creado con IA no equivale a un producto final de calidad. La IA tiende a producir soluciones genéricas; un prototipo inicial tal vez no considere escalabilidad, seguridad robusta, ni optimizaciones específicas. Por ello, los MVP generados sirven como demostración y punto de partida, pero requerirán trabajo adicional significativo antes de llegar a producción. Aun así, como estrategia de innovación, apoyarse en la IA para construir “lo mínimo que funciona” puede dar a los desarrolladores y emprendedores una ventaja de velocidad enorme frente a la competencia, al permitirles concentrarse luego en pulir y diferenciar su producto una vez validada la idea central.

Más allá de los beneficios: riesgos y buenas prácticas.

Hemos visto cómo la IA realmente puede beneficiar a los desarrolladores de software en productividad y creatividad. Pero es igual de importante considerar lo que la IA no hará por ti, e incluso los riesgos de usarla sin control. Si no manejamos correctamente estas herramientas, podemos encontrarnos con problemas serios:

  • Falta de comprensión y errores ocultos: Uno de los mayores peligros es dejarnos llevar por la velocidad y aceptar código generado sin entenderlo por completo. Como advierten expertos, existe el riesgo real de no entender lo que estamos creando si confiamos ciegamente en las sugerencias (11). La IA puede producir una solución que “funciona” sintácticamente pero que en realidad no resuelve el problema correcto o introduce bugs sutiles. Sin una revisión humana, esos errores pueden colarse en el proyecto hasta etapas tardías. Ninguna empresa quiere descubrir en producción que parte de su código hace algo inesperado por haber seguido una sugerencia errónea.
  • Degradación de habilidades: La comodidad que brinda la IA podría hacer que algunos desarrolladores relajen sus hábitos de aprendizaje. Hay quienes temen volverse dependientes hasta el punto de no ejercitar la resolución de problemas por sí mismos (12). Si cada vez que surge un desafío acudimos a la solución fácil de la IA, podríamos dejar de pensar como ingenieros y perder vista de los fundamentos. Es importante usar la IA como apoyo, pero seguir practicando la lectura, escritura y arquitectura de código de forma activa para no oxidar nuestras habilidades.
  • Introducción de vulnerabilidades de seguridad: Los modelos de IA no tienen un juicio infalible sobre qué prácticas son seguras. De hecho, estudios han mostrado que una porción significativa de código generado automáticamente viene con vulnerabilidades de seguridad incorporadas (13). Por ejemplo, puede sugerir una autenticación insegura, consultas a bases de datos sin sanitizar (suceptibles a SQL injection), o usos de bibliotecas con fallos conocidos. Sin la debida vigilancia, el código generado puede fácilmente ocultar brechas de seguridad (14). La responsabilidad de la seguridad sigue siendo del equipo de desarrollo: siempre revisar, probar y emplear análisis estáticos o escáneres de vulnerabilidades también sobre el código producido por IA.
  • Dependencia y falta de control: Un uso excesivo de la IA en cada paso puede generar dependencia tecnológica. Si delegamos todas las decisiones pequeñas a la máquina, corremos el riesgo de perder el control y la visión integral del código. En términos de ingeniería, podríamos terminar con una base que funciona pero cuya estructura subyacente no dominamos. Como señala un informe, la sobredependencia puede reducir la comprensión práctica de la base de código, haciendo más difícil depurar, optimizar o escalar a futuro (15). En suma, es peligroso convertirse en simples “operadores” de la IA sin mantenernos como los autores responsables del software.
  • Cuestiones de privacidad y licenciamiento: También debemos tener cuidado con qué información le entregamos a las IA y qué código obtenemos. Si usamos servicios de nube para generar código, puede haber implicaciones de privacidad (por ejemplo, subir fragmentos de código propietario o confidencial a un servicio externo). Además, el código que produce la IA podría estar estadísticamente inspirado en ejemplos con licencias restrictivas sin que lo sepamos. Es recomendable evitar ingresar secretos o datos sensibles en las solicitudes a la IA, y utilizar versiones autoalojadas o con acuerdos empresariales cuando se trabaja con código propietario (16). Asimismo, conviene tratar el resultado como cualquier código abierto: revisarlo también bajo el lente de cumplimiento de licencias si fuera necesario.

Entonces, ¿cómo manejamos correctamente la IA en desarrollo? Algunas buenas prácticas incluyen siempre realizar code reviews manuales del código generado, escribir pruebas adicionales para cualquier lógica crítica que haya sugerido la IA, y usar la IA preferentemente para acelerar lo que ya entendemos (no para sustituir nuestra falta de conocimiento en un área). Si eres desarrollador junior, es útil pedir mentoría en las PRs donde integraste código de IA, así adquieres criterio sobre cuándo confiar o no en ciertas sugerencias. Y nunca está de más preguntarle a la propia herramienta por explicaciones: por ejemplo, muchos asistentes pueden describir en español plano qué hace un trozo de código propuesto – si ni la explicación ni el código te quedan claros, es una señal para no usarlo tal cual.

En conclusión, la inteligencia artificial sí puede hacer mucho por ti como desarrollador: desde escribir código rutinario, generar pruebas, documentar sistemas, hasta prototipar aplicaciones enteras en tiempo récord. Bien utilizada, actúa como un multiplicador de productividad y un apoyo para la creatividad, permitiéndonos enfocarnos en la resolución de problemas más que en el tedio. Los ingenieros que la adoptan con criterio suelen experimentar menos carga mental y más tiempo para tareas de diseño e innovación (17) (18). Pero todos estos beneficios se concretan solo si recordamos que la última responsabilidad es nuestra. La IA no reemplaza el entendimiento profundo ni el pensamiento crítico: potencia al desarrollador, pero no lo sustituye. Manteniendo ese equilibrio — entusiasmo por las nuevas herramientas, pero con vigilancia y aprendizaje continuo — todos los tipos de desarrolladores, desde juniors hasta seniors, pueden reflexionar sobre cómo incorporar la IA para ser más eficientes sin dejar de ser conscientes y dueños de su código. Al final del día, la IA nos muestra nuevos caminos, pero somos nosotros quienes decidimos hacia dónde nos llevan.

Fuentes:

Las afirmaciones y ejemplos mencionados provienen de estudios y artículos recientes sobre IA en desarrollo de software, incluyendo análisis de GitHub Copilot y herramientas similares (2) (1) (11), reportes de IBM sobre el impacto de la IA en el ciclo de vida del software (19) (6), y reflexiones de la industria sobre las ventajas y riesgos de la programación asistida por IA (14) (15) , entre otros. Estas fuentes respaldan tanto las mejoras en productividad y calidad que la IA ofrece, como las consideraciones éticas y prácticas que todo desarrollador debe tener presentes.

(1), (5), (6), (9), (19): AI in Software Development | IBM https://www.ibm.com/think/topics/ai-in-software-development

(2), (3), (4), (11), (16): The benefits (and pitfalls) of GitHub Copilot  https://www.eficode.com/blog/the-benefits-and-pitfalls-of-github-copilot

(7), (8): AI code documentation: Why documentation hurts and how AI helps – Tabnine https://www.tabnine.com/blog/ai-code-documentation-why-documentation-hurts-and-how-ai-helps/

(10): Generative AI for Developers: Accelerate Code Creation https://kroolo.com/blog/generative-ai-for-developers

(12): Why I don’t use AI as my copilot – DEV Community https://dev.to/middleware/why-i-dont-use-ai-as-my-copilot-47k3

(13), (14), (15), (17), (18): AI Code Generation: The Risks and Benefits of AI in Software https://www.legitsecurity.com/aspm-knowledge-base/ai-code-generation-benefits-and-risks

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