La mayoría de las organizaciones dependen de reuniones para coordinar equipos, tomar decisiones estratégicas y avanzar en proyectos clave. Sin embargo, el manejo de la información generada en estas sesiones suele ser una tarea complicada que consume tiempo: transcribir lo hablado, sintetizar los puntos importantes y articular acuerdos claros puede convertirse en un cuello de botella que ralentiza la productividad.
Alain A. Garófalo Hernández